Las claves para tener una cartera correctamente diversificada consisten en establecer unos objetivos que queremos alcanzar y al mismo tiempo con su perfil de riesgo que estamos dispuestos a asumir: En primer lugar, es necesario establecer los objetivos de inversión y el perfil de riesgo de la persona. ¿Cuánto tiempo quiere invertir? ¿Qué nivel de riesgo está dispuesto a asumir?
Asignar un porcentaje a cada clase de activos: Una vez identificadas las clases de activos, se deberá asignar un porcentaje a cada una de ellas. Esto dependerá de los objetivos de inversión y del perfil de riesgo de la persona.
Diversificar dentro de cada clase de activos: Para reducir aún más el riesgo, se debe diversificar dentro de cada clase de activos. Por ejemplo, si se invierte en acciones, es importante tener una cartera diversificada con diferentes empresas de diferentes sectores.
Rebalanceo periódico: Es importante realizar un rebalanceo periódico de la cartera, para ajustar los porcentajes de inversión en cada clase de activos y mantener la diversificación.
En resumen, la manera correcta de diversificar correctamente una cartera de inversiones consiste en identificar las diferentes clases de activos, asignando un porcentaje a cada una de ellas, diversificando dentro de cada clase de activos y realizando un rebalanceo periódico. Todo esto se realizaría teniendo en cuenta los objetivos de inversión y el perfil de riesgo de la persona.